Historia de un amor pasado

Ella fue mi primer amor. Cuando conocí a aquella finlandesa, era la favorita de todo el mundo. Era conocida allá por donde pasaba, y ninguna otra podía hacerle sombra. Ella me enseñó a ver el mundo a través de sus ojos, y fue así como pude guardar en mi memoria unas muy buenas imágenes de aquellos momentos.

Me daba todo lo que necesitaba, aunque a veces nuestra relación tenia altibajos, pero ella era capaz de aguantar todos los golpes. Era muy bonita, esa era una de sus virtudes, pero también fue su perdición.

Se le subió a la cabeza. Sabiendo que era la más deseada, terminó por no preocuparse de las demás chicas, pues pensaba que ninguna sería capaz de arrebatarle su lugar en mi corazón. Fue así como fue dejando de cuidarse, dejó de importarle seguir pareciendo bonita ante mis ojos. Mientras tanto, otras chicas me mostraban sus encantos queriendo ganarse mi corazón, y obviamente yo no podía ignorarlas.

Primero apareció la chica elegante que siempre vestía de negro y usaba perfume con aroma a manzana. Me llamaba mucho la atención y era mucho más bonita que mi descuidada chica finlandesa. Lo estaba consiguiendo, me estaba conquistando, pero justo entonces la gente empezó a advertirme que bajo esa belleza se hallaba una persona tremendamente celosa y controladora. Fue entonces cuando la rechacé. Puede que mi chica fuese menos bonita que ella, pero al menos no me hacía sentir prisionero.

Sin embargo, no tardó mucho en aparecer la chica que lo cambiaría todo. Le encantaban los robots, era mucho más bonita que la chica del perfume de manzana y muchísimo más bonita que mi chica finlandesa. Me dijo que no era celosa en absoluto, es más, que era una persona liberal, y me prometió que siempre se adaptaría a mi, que si había algo de ella que no me gustase, lo cambiaría. Le dije que ya estaba saliendo con alguien, que no me iría con ella y me dijo que si algún día cambiaba de opinión, ella me estaría esperando.

Pasaron los meses y no me la podía quitar de la cabeza. Pasaba los días sin poder evitar compararla con mi chica finlandesa, y cada vez tenía más claro que quería romper mi relación actual e irme con la chica de los robots. Y así fue, un día no pude más y me fui. Le expliqué a la finlandesa mis motivos, pero parecieron no importarle y ella aseguraba que no me echaría de menos, que ya encontraría otro chico, que le sobraban pretendientes.

Me fui con mi nueva chica, la de los robots, y ella me enseñó un mundo nuevo. Con ella hice cosas que nunca antes había hecho con una chica, y cumplió todas sus promesas hasta el día de hoy. Todavía sigo con ella y somos muy felices.

El otro día recibí noticias de la finlandesa. Dicen que después de que la dejase, fue dando tumbos de un lado para otro, descubriendo que los chicos ya no la querían y que ya no disfrutaba de la popularidad de antes. Así estuvo mucho tiempo, hasta que apareció alguien que se quiso juntar con ella. Viéndose desesperada, se fue con él sin pensarlo, pero que desgraciada fue su decisión, pues el tal Stephen (así se llamaba su nuevo amor) era un mal hombre que se aprovechó de ella y la manipuló hasta convertirla en lo que es hoy: una vulgar lumia a la que nadie quiere.

No sé si ella llegará a leer estas líneas, pero si así fuese, aquí le dejo un mensaje:

Ojalá no te hubieses dormido en los laureles, NOKIA

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